miércoles, 13 de febrero de 2013


Exposicion Fotográfica de Manuel Álvarez Bravo 
Sala AZCA de la Fundación Mapfre (Madrid) 
Del 13 de febrero al 19 de mayo de 2013 


Objetos como signos, palabras como imágenes, reflejos como cosas: a modo de poemas gráficos, las fotografías realizadas durante ocho décadas por Manuel Álvarez Bravo (México D.F., 1902-2002) lo convierten en uno de los fundadores de la fotografía moderna.
Más allá de la asociación al folclore de un país exótico, a la retórica política del muralismo o la estética del surrealismo, la fascinante y compleja fotografía de Álvarez Bravo responde a las profundas transformaciones iniciadas en México por la Revolución de 1910: el abandono progresivo de la vida rural y de las costumbres tradicionales, el surgimiento de una cultura postrevolucionaria de influencia internacional y la adopción de una cultura moderna asociada a la vorágine de la urbe.
Arraigada en la sensibilidad popular mexicana y al mismo tiempo orientada hacia una perspectiva moderna, la obra de Álvarez Bravo es un discurso poético propio, autónomo y coherente en sí mismo. Con influencias de la pintura, la gráfica, la literatura y la música, pero sobre todo del cine —el arte de su época—, el trabajo de Álvarez Bravo se puede entender como una búsqueda de la fotografía como arte: una interrogación en torno a las relaciones entre imagen y lenguaje, cuerpos y cosas.
Desconcertante y poético a la vez, el imaginario de Álvarez Bravo es una contribución mexicana al lenguaje de la fotografía moderna. Su obra constata la construcción múltiple del arte moderno desde una pluralidad de posiciones, poéticas y trasfondos culturales, en lugar de como una práctica central.
Álvarez Bravo destruye sus primeras obras, unas imágenes pintorescas influidas por la fotografía pictorialista de Hugo Brehme y las postales de la época. Animado por la fotografía "rara" que practican Edward Weston y Tina Modotti en México, se entrega a la búsqueda de la fotografía "pura", donde las formas tienden a la abstracción. Con una fuerte influencia de la estética de Picasso, la fotografía sintética y formal que Álvarez Bravo realiza hasta 1931 es más radical en su abstracción que la de Weston y Modotti y, por tanto, se halla más próxima a los constructivistas. De esta época destacan obras como Colchón(1927) o su serie de Juegos de papel (c. 1928), en la que fotografía las imágenes abstractas que surgen de plegar rollos de papel.